Nací en un año fingido.
Crecí jugando sin red.
Moldeé tardíamente mis
ojos.
Aprendí cosas inútiles,
amé...amo...amaré.
Tuve preciosos destinos
entre mis manos.
Tuve la suerte que no
buscaba,
tengo la suerte que no
merezco.
Quien me haya visto llorar,
habrá visto también,
los huesos quebrados
de mi alma.
Devolví la penitencia
y su doble moral.
Añoro los antebrazos
de las elegidas.
Tengo la mano ennegrecida
y tosca,
el rostro invadido por una
sonrisa valiente.
Adoro la variedad
en las voces y
en los designios.
JulioElpuente