Cercos de blancuzca vida absorbidos por el placer.
Largas túnicas de sol y raso,
de viento y caricia.
Tu gesto, indemne a la rojez
y al llanto, encontrará mis manos si las necesita.
Mírame cuando el resto no
exista, cuando la noche sea
fuego y la razón una quimera.
Desentraña ese verso anudado a mi locura,
disuélveme en el dulzor de tu mirada,
traduce el idioma de mi piel.
JulioElpuente