jueves, 5 de junio de 2025

La vereda perfecta.

Tengo el pecho forjado 
de acero, aún así, 
bajo esa coraza 
resiste un corazón impertinente, enajenado
por tus labios. 
Pero todavía queda una luz encendida en la habitación de nuestros recuerdos. 
Así que, abramos las puertas 
de par en par,
descorramos esas cortinas
raídas,
cercenemos esa hiedra asfixiante.
Dejemos al sol practicar
su magia,
al horizonte señalarnos
la vereda perfecta,
al cielo arrullarnos
con sus brazos de algodón.

JulioElpuente