Amaré esos ojos inmunes
a la pereza,
esa boca que desafía a lo inaudito,
esas manos calientes como
el final de una canción.
Pétalos que me prometieron
tu amor,
poemas que te trajeron a mí,
ciudades encantadas que
conocieron nuestro amor.
Pecar, mentir, desear;
delitos sagrados perpetrados
más allá de tu cintura.
Quienes te conocieron,
no olvidarán tu sonrisa.
Quienes te amaron,
sufrirán en tu presencia.
JulioElpuente