el fragor y el litigio.
Donde pisan mis pies,
la herrumbre desaparece.
Lo yermo que adormece
en mi interior
despierta mientras camino,
mientras discurro,
mientras invento.
Los cipreses, altivos
secuaces del tiempo
y del silencio,
me han visto palidecer
bajo su sombra cambiante.
Si vivimos para morir,
¿por qué anochece en
nuestra memoria?,
¿por qué no anidan
sinfonías de verbo y oro en nuestro interior?
Todo parecerá heroico,
limpio, titánico,
Todo parecerá heroico,
limpio, titánico,
cuando el amor regrese
tras la aurora.
JulioElpuente
JulioElpuente