pero, cada metro que recorro,
tu ternura, tu alegría, se mantienen, inmutables,
a la misma distancia
de mis manos, de mis labios.
Déjame acercarme a esa
realidad envuelta en belleza,
a esa bondad rodeada de luz.
No permitas que mis pasos sean eslabones perdidos en la oscuridad, crueles y vanos retazos de un amor desconocido.
Permíteles que conozcan el arcoiris de tu sonrisa,
el sol que nace de tu calor,
la aurora que te trae a mí
cada mañana.
JulioElpuente