con un ritmo sinuoso y escéptico.
Llega a mí tu colorida melodía,
como llega el aleteo de la mariposa a la flor más bondadosa.
Ven, quédate aquí, a mi lado,
y deshojemos entre los dos ese abanico de hermosos colores.
Y déjame enseñarte como será el nuevo amanecer entre mis brazos.