Alimento tu alma,
tu alma erguida y sin
tacha, tu alma sumergida
y virgen.
Adorno con terciopelo
mi insensata pequeñez.
Vendo toda la belleza que
desperdicias.
No puedo tocar la noche
y la extraño,
extraño sus argumentos
infinitos, perdidos.
Aquel fue un momento sin
sueño, fue un ardid para no
desfallecer, fue la agonía de
una sonrisa.
Alimento tu alma, y tú...
tú desvelas mis sentidos.
JulioElpuente