Horizontes rellenos de
algodón.
Pájaros silbando canciones
imposibles.
Mujeres y hombres desnudos,
pero vestidos de luz.
Caminantes oscuros y
cabizbajos.
Perros, de hocicos curiosos,
buscando lunas al
atardecer.
Árboles llorando hojas
amarillentas.
Viejos con la espalda
reclinada y ojos ausentes.
Pensamientos dorados,
henchidos de violácea
ternura.
JulioElpuente