sobre esa sinfonía de rosas.
Yo, mientras tanto, visitaré tu altar y encenderé para ti los siete brazos de la menorá.
Así, tu alma permanecerá encendida por siempre,
tu luz será un imperio que vencerá a la rendición y a las cenizas.
Bóvedas de acero guardarán tu tacto y tu imaginación.
Y después, cuando des golpecitos en mi hombro cualquier atardecer, sabré que nuestra historia de amor tuvo un principio, pero nunca, nunca tendrá un final.
JulioElpuente