Se filtran rayos de un sol tímido, silencioso.
Su calidez me abriga del
rumor de un viento
pesaroso.
Los cantos de la senda
rechinan como verbos
histriónicos bajo mis
pies.
Las diminutas colinas,
teñidas de bronce,
se contonean vitales y
danzarinas.
En un recodo,
el destino se alza como
un telón cegador, y nos
muestra las aristas de
un cielo lujurioso y
perfecto.
JulioElpuente