El metal de una luna brillante,
el resplandor de un sol embriagador.
Las piernas que no entienden
de temblores,
la pena que no sabe de viajes
al pasado.
No me importa quien seas;
solo sé de fuego, quietud, abalorios.
Doy abrazos memorables,
resumo el porvenir.
Produzco todas las sonrisas,
todos los embates del cielo.
No necesito nubes,
solo necesito el algodón
de tu mirada,
el abanico de tus manos.
Las tórtolas envidiarán
nuestra historia de amor,
los narradores de leyendas
dibujarán en el vaho
nuestros nombres.
JulioElpuente