Reinvento la dulzura para
para instaurar un nuevo
orden...el de la compasión,
el de la alegría.
Me olvido de los verbos
enajenados,
de las palabras sin
principio ni final.
Descubro los ojos que
siempre se alimentaron
de mí,
aquellos que fueron
ceguera y soledad sin mí.
Acaricio la candidez
cubierta de porcelana,
el resplandor que nació
y que amó.
Visito la verdad,
la que vivió desnuda,
la que murió sin
haber vivido.
JulioElpuente.