Sobre la arcilla se
enquistan el amor y
la belleza.
Tras la mano huesuda,
orquídeas de papel y
viento se deshojan y
ríen orgullosas.
Dime que no morirán la
noche y el alba,
que no nacerán nuevos
miedos.
En el regazo de piel morena
verteré mil amores y
cien mil versos.
A los pies de la montaña
olvidada derramaré
mi locura infantil.
JulioElpuente