Calaste mis huesos con esa virginidad sedosa de tus manos.
Este cielo protector, esta atmósfera febril nos envolverá para siempre.
Desayunaremos en un balcón con vistas a un horizonte dibujado con nuestros besos.
Este palacio de jade lo amueblaremos con nuestro tacto, con nuestra sigilosa esencia.
Viviremos con un puñado de sal y con nuestros pechos rendidos a un sol indolente.
JulioElpuente