No durmáis con la boca abierta,
no perezcáis por himnos indignos,
no os abriguéis con coloridos
andrajos,
no rindáis pleitesía a seres
gaseosos.
Dejémonos de mayúsculas inútiles y
de minúsculas obsoletas.
Bebamos de dulces instintos,
desayunemos ternura y valor.
No arrulléis a los tenebrosos,
no mezáis a sus liendres.
Aborreced por siempre a los hijos
del oprobio y a sus mecenas.
Si el dolor visita tus entrañas,
recuérdale que eres hijo del viento,
hermano de la esperanza y
amante de la dignidad.
JulioElpuente