Gobernar con mano firme tesituras que emergen del placer y la rareza.
El preciado botín de tu
carne tibia,
la salubre dulzura de tu mirada,
el insaciable mohín de tu boca,
esas serán las únicas patrias
de mi fulgor.
Una lisonja irreverente desnudará tu alma sedosa,
mitigará tus sueños y
abrirá de par en par el muro
de papel que nos separa.
Vives en mis sueños y en mis vigilias,
inundas las orillas de mi
cauce,
erosionas la sangre de mis sienes,
aprisionas mi músculo
musical.
JulioElpuente