idioma del sabor.
Nuestras manos volvieron
a encontrarse,
nuestros nombres fueron
piel y agua,
risas y rumor.
Supe de un lugar remoto
donde, gracias a ti,
nuestro amor
es conocido
por la retama y la roca,
por el verdor y la nube.
Imaginamos momentos y
nos elevamos a un cielo
perenne en una sicronía de
besos y abrazos.
Cabalgaremos a lomos de
un destino incierto,
enredados en un delirio
sin fin,
prisioneros de una rapsodia
elegante y fiel.
JulioElpuente