una aurora con nombre de atardecer y un oasis rodeado de espejismos.
Nos sentaremos a otear el
horizonte sin abrir los ojos y cuando el sol nos desnude,
todo lo perpetuo se convertirá en instante.
Con los pies colgando en el precipicio de la vida, nuestras manos entrelazadas serán el antídoto de todos los males,
la esencia de amapola que todo lo calma.
Creo en el destino porque el destino lleva tu nombre.
Anda, ríe, canta y sueña como solo tú sabes, como solo tú puedes.
El destino eres tú.
JulioElpuente