Cuando se desgañite el mar,
solo entonces,
átame al perfume olvidado,
al rencor de lo que debió ser.
Sortilegios amparados por
la luna.
Cualquier maravilla,
cualquier país,
cualquier rincón.
Elegir una nube para el
color de tus manos,
para la anarquía de tu rostro,
para la timidez de mis labios.
Donde pueda amarte,
donde el rayo no nos juzgue,
donde la inquisición de
tu ojos me condene.
El séptimo eslabón de
una cadena tortuosa;
de lo que una vez se
llamó vida.
JulioElpuente