Sin amar, amé lo dulce
de la noche y lo enigmático
del cielo,
lo oscuro del laberinto
y lo ambiguo de la verdad.
Y tome partido por la lejanía
que todo lo inunda,
por la marea que todo
lo cubre.
Y alcé la mano para señalar
mis límites;
esos que a nadie importan,
que nadie conoce.
Dime si no soy más libre
así, sin argollas de plata,
sin barrotes de miel.
JulioElpuente