El tiempo nos condena...
nos condena a intuirnos,
a vivirnos,
a soñarnos.
Pero, que pare,
que se pare,
que no mutile nuestro
abrazo
que no gobierne nuestros
besos,
que no certifique nuestro
sudor.
Ese sonido futuro,
ese eco que vendrá,
ese placebo doloroso
y único.
Nos elegimos entre la
noche y el sopor,
nos amamos para no
olvidarnos.
El mañana será otro
ayer,
otro quizás.
Prohibida la nostalgia
si no es de tu mano.
Prohibida la lágrima
sin sonrisa.
JulioElpuente