Oí cerrarse la puerta cuando
ya nada quedaba.
Me lastimé cuando
el recuerdo me sustituyó.
Alcé la cabeza cuando
mi cuello dijo basta.
Revisé mi atuendo cuando
la piel era solo un indicio.
Dormité sobre mi brazo cuando
el destino atusaba mi cabello.
Acaricié aquel cuerpo cuando
nada oía ni intuía.
Repartí perdones cuando
nadie parecía conocerme.
Desleí el denso grumo cuando
el corazón quiso poseerme.
Cuando todo se parezca
al olvido, entonces renaceré
sin miedo.
JulioElpuente