Briznas de locura,
chasquidos de labios feroces,
reflejos de manos desnudas.
El azar, mezquino y brillante,
imaginó una lluvia
débil y sedosa
para tu mirada triunfal.
Mi corazón duerme
en tu regazo, y tú,
alegre y audaz,
pintas con sensibilidad
mis escalofríos.
Regálame tus olvidos,
cuéntame lo que
nunca supiste,
arráncame los perdones
que nunca escuchaste.
JulioElpuente