el exégeta de tu gloria,
el rescoldo que te retuerce,
el destino de tus latidos,
el anacoreta de tu vida humilde y secreta,
el duende de tu piel de
delicias asombrosas,
el sabor que inunda tus labios,
el jergón de tus huesos vivos y nacarados,
la fanfarria de tus pies alegres,
el destino de tus hechuras
dichosas y mesiánicas.
JulioElpuente