una crónica de lo posible.
Mientras el cielo nos ampare,
mi lengua será un elixir
inmune a la traición,
una alegoría del amor.
Recorreré sendas y caminos,
veredas y pedregales con
la mochila de tus deseos
afiliada a mi piel.
Antes de ti no existían los veranos. Los días eran estruendos vacíos y las noches vertederos de sombras.
Ahora sólo deseo vivir en este
planeta creado por tu sonrisa,
en este universo esponjoso
erigido por tu temblor.
JulioElpuente